El nombre de este pueblo viene de la mina de caliza, o calera como se decía antiguamente.
El poblado indígena se denominaba Teusacá, que significa "prisión".
Por el año de 1765 aparecen como dueños de la hacienda La Calera, la familia de don Pedro de Tovar y Buendía, en torno a cuya casa se fue formando el caserío con los familiares y se fundó la parroquia de blancos bajo el patrocinio de Nuestra Señora del Rosario, cuya imagen ya se veneraba en 1772. En este mismo año fue erigida parroquia la capilla allí existente. Por decreto Nº 73 de 14 de marzo de 1850 de la Gobernación de la Provincia de Bogotá se suprimió el distrito y su territorio se agregó a la capital. Por ordenanza Nº 154 de 21 de octubre de 1851 se restableció el distrito parroquial de La Calera desde el 1o. de enero de 1852. Por ordenanza Nº 197 de 14 de diciembre de 1853 se erigió en aldea el distrito suprimido de La Calera.
El municipio de La Calera no es de origen indio sino blanco y debe su nombre al de la hacienda, que a ésta se le dio por las minas de caliza de la región y porque suele llamarse calera al lugar donde se extrae. Aquí en La Calera se presento don Pedro y pocos años después contraía matrimonio con doña Antonia María de Ricaurte hija de don José, quien ya era dueño en 1704 de la Hacienda de Teusacá La Calera.
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